EL EVANGELISMO

 

El Evangelismo PARTE I


Por esa rebelión es que Cristo murió en la cruz, para salvar a todo aquel que crea en Él, en Su sacrificio expiatorio y sea verdaderamente liberado del pecado y la condenación eterna.

EL EVANGELISMO. PARTE I

"En su humillación no se le hizo justicia; Mas su generación, ¿quién la contará? Porque fue quitada de la tierra su vida."
Hechos 8:33


Un eunuco que era funcionario administrador de los bienes de la reina de Etiopía, creyente en Jehová, venía de regreso de adorar a Dios en Jerusalén. Volvía en su carro leyendo al profeta Isaías.

Un ángel había hablado al diácono (ahora convertido en evangelista) que fuese al camino que descendía desde Jerusalén al desierto de Gaza. Cuando el eunuco volvía sentado en su carro leyendo al Profeta Isaías, el Espíritu Santo le dijo a Felipe: "Acércate y júntate a ese carro." (Hechos 8:28-29)

Así lo hizo Felipe y escuchó qué el eunuco leía en voz alta. Entonces le preguntó si entendía lo que leía a lo que el hombre le declaró que no e invitó a subir en su carro para que le enseñara el significado de esas Escrituras. El pasaje que leía (al parecer en la versión Septuaginta) era este:


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"Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido." (Isaías 53:7,8) El eunuco no sabía si este texto se refería al mismo Isaías o a otro personaje; entonces Felipe comenzó a explicarle ir a evangelizarlo.

"Angustiado él, y afligido, no abrió su boca" Jesús fue angustiado por el pecado de todos los hombres y afligido no dijo nada en su defensa. Calló porque tenía que morir por la humanidad. "como cordero fue llevado al matadero" Al igual qué el cordero de la expiación que el sumo sacerdote sacrificaba una vez al año por los pecados del pueblo ante Dios en el tabernáculoJesucristo se entregó como un cordero Inmaculado ante Dios para quitar nuestros pecados.

Juan El Bautista había dicho una vez: "...He aquí el Cordero de Diosque quita el pecado del mundo." (Juan 1:29) "y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca." Jesús fue humillado, desnudado y crucificado. Se dejó apresar, escupir, blasfemar, azotar y crucificar.

No dio mayores explicaciones de Su proceder ante las preguntas de los sacerdotes judíos, Herodes y Pilato. Enmudeció y se humilló: "y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz." (Filipenses 2:8) "Por cárcel y por juicio fue quitado" Fue apresado como un delincuente en la noche, traicionado por uno de sus discípulos, vendido por 30 monedas de plata, encarcelado el que predicaba la verdadera libertad.

Se le juzgo como blasfemo contra el padre Dios, siendo el Hijo de Dios. Sin embargo el enemigo, aunque burlándose irónicamente, lo reconoció como el rey de los judíos y escribió en su cruz la palabra INRI, acrónimo latino de "Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum" (Jesús de Nazaret, Rey de los Judíos)
"y su generación, ¿quién la contará?" Jesús no tuvo esposa ni hijos pero su generación es innumerable.

Una descendencia espiritual que comenzó con un puñado de discípulos, ha llegado a ser de millones de millones de cristianos a través de los siglos. Su generación es incontable. "Porque fue cortado de la tierra de los vivientes" Fue eliminado de esta tierra no por voluntad de hombres sino que Él mismo entregó Su vida en rescate por muchos, como antes lo declaró: "Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.

Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre." (Juan 10:17-18) "y por la rebelión de mi pueblo fue herido." El pueblo hebreo escogido por Dios a pesar de tener su Ley y conocer a Jehová, Dios Único, el gran Yo Soy, se rebeló y desobedeció a Dios.

El resto de la Humanidad era pagana y rechazaba al Señor, al Dios verdadero estando en rebelión contra Él... "por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios" (Romanos 3:23) Hasta hoy día el ser humano se revela contra Dios, lo  desobedece, lo niega, se aparta de Sus principios inventando nuevas filosofías de la realidad.

Por esa rebelión es que Cristo murió en la cruz, para salvar a todo aquel que crea en Él, en Su sacrificio expiatorio y sea verdaderamente liberado del pecado y la condenación eterna.

El capítulo 8 de Hechos es una clase de evangelismo para todo cristiano. ¿Desea saber cómo anunciar a otros acerca de Jesús? Lea cómo procedió Felipe, el evangelista, y aprenderá a multiplicar el amor de Dios en otras vidas.


El Evangelismo PARTE II


Tal como sucedió al evangelista Felipe puede sucedernos a nosotros, que el Espíritu Santo nos diga que vayamos hacia algún lugar que no teníamos planificado ir...

Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto."
Hechos 8:26


Tal como sucedió al evangelista Felipe puede sucedernos a nosotros, que el Espíritu Santo nos diga que vayamos hacia algún lugar que no teníamos planificado ir, o que Él desvíe nuestro camino por algo fortuito, y esto sea para que nos encontremos con alguien que necesita de Dios.

El eunuco era creyente en Dios, pero no entendía la Escritura ni conocía el Evangelio de Jesús. ¿Cuántas personas encontramos hoy día que creen en Dios pero no tienen idea del Evangelio? Necesitan de alguien que les hable del Cristo, la esperanza eterna.

Como el eunuco que llevaba en sus manos la Escritura y nada entendía de ella, las personas tienen una Biblia en sus casas pero jamás la leen porque no la entienden, les aburre y no hay alguien que se las explique. Usted puede ser ese Felipe que lo haga, si está capacitado para ello.

El Espíritu Santo le dijo a Felipe: "...Acércate y júntate a ese carro." (Hechos 8:29) El mismo Espíritu nos dirá cuándo y dónde nos acerquemos a alguien para hablarle de Dios. Como Felipe preguntó a aquel funcionario etíope si entendía lo que leía, se puede iniciar una conversación tan sólo con una pregunta.

Tal vez el asunto no sea explicarle una Escritura sino una circunstancia que está viviendo, interpretarla a la luz de lo que Dios nos muestra en Su Palabra. Las personas se preguntan por qué les ha tocado vivir un sufrimiento, una pérdida o una frustración muy grande.

Necesitan que alguien les muestre a Jesús, quien llama: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas" (Mateo 11:28-29)

Felipe evangelizó al etíope, es decir le transmitió el contenido del Evangelio y el más importante es que el Hijo de Dios dio Su vida por nosotros los pecadores, para que creyendo en Él tuviésemos salvación:"

Como oveja a la muerte fue llevado; Y como cordero mudo delante del que lo trasquila, Así no abrió su boca. En su humillación no se le hizo justicia; Mas su generación, ¿quién la contará? Porque fue quitada de la tierra su vida." (Hechos 8:32-33) Cuatro cosas debe comprender la persona al ser evangelizada:

1) Que Dios la ama pues la creó por amor. "El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor." (1 Juan 4:8)

2) Que, como todo ser humano, es pecadora, desobedece a la Ley de Dios y eso tiene un castigo: "por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios" (Romanos 3:23); "Porque la paga del pecado es muerte..." (Romanos 6:23)

3) Que Dios envió a Su Hijo Jesucristo para darle perdón. "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." (Juan 3:16)

4) Que si cree que Jesús murió por ella, le pide perdón por sus pecados y entrega su vida a Él como Salvador y Señor, será salvada de la muerte eterna y estará para siempre con Dios. "Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios." (Juan 1:12,13)

Dios quiere que le conozcamos a Él, que reconozcamos que somos pecadores y nos reconciliemos con Él para ser verdaderos hijos de Dios. Pero esta bendición no es sólo para nosotros. Él desea que Su Amor se multiplique y llama a todos los que ya le conocen a transmitir esa Fe y ese Amor a otras vidas. Seamos Felipes de los muchos eunucos que hay en el mundo.

Enviados Para dar Esperanza


Me gustaría compartir algunos principios que lo pueden ayudar a ser el mejor mensajero de las buenas noticias:
Motive siempre con sus palabras
El más grande motivador es el Espíritu Santo.

ENVIADOS PARA DAR ESPERANZA

“Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; pues Dios no da el Espíritu por medida”. (Juan 3:34).

Jesús fue fiel a la misión que el Padre le había confiado y poco antes de partir de este mundo, el Señor Jesús les entregó la misma antorcha a Sus discípulos diciéndoles: “…Como me envió el Padre, así también yo os envío. Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo:

Recibi de el Espíritu Santo” (Juan 20:21b-22). Dios, a los que hemos creído en Él, nos ve como Sus mensajeros y a través del Espíritu Santo tenemos la gracia y la sabiduría para hacerlo correctamente.

Me gustaría compartir algunos principios que lo pueden ayudar a ser el mejor mensajero de las buenas noticias: Motive siempre con sus palabras

El más grande motivador es el Espíritu Santo y Él nos quiere usar para que llevemos esperanza a muchos que están en completa confusión. “Pero yo os alentaría con mis palabras, Y la consolación de mis labios apaciguaría vuestro dolor” (Job 16:5).

Job tenía muy claro que ni la crítica, ni el juzgar o condenar a otros les ayudaría en nada; pues en el momento de su aflicción solo escuchó reproches de los labios de sus amigos, a quienes él mismo recriminó diciendo: “Porque ciertamente vosotros sois fraguadores de mentira; Sois todos vosotros médicos nulos. Ojalá callarais por completo, porque esto os fuera sabiduría” (Job 13:4-5).

Use un lenguaje positivo
Con mi esposa tratamos de aprovechar al máximo cada instante que estamos con alguna persona, pues sabemos que Dios la ha puesto en nuestro camino y tratamos, en ese poco tiempo con ella, de dar la palabra acertada que le ayude en las decisiones que deba tomar. Que sus palabras sean un bálsamo para el alma.

Detrás de un mal comportamiento hay un pensamiento negativo. Muchos están batallando con la culpabilidad, el temor, la depresión, la soledad, la tristeza, un sentir de inferioridad, etc. Debemos proponernos que cada una de nuestras palabras sea como un bálsamo para el alma afligida. Salomón dijo: “Los labios del justo apacientan a muchos…” (Proverbios 10:21).ç

Pablo entregó todo por ayudar a sus discípulos a depender más de Dios: “Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos” (2 Corintios 12:15). Que sus palabras sean siempre de fe.

Sus palabras mueven la esfera espiritualpor eso le invito a que llene su corazón de la Palabra de Dios. Solamente a través de la fe, las promesas que El Señor dejó en Su Palabra cobran vida: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10:17).

ALGO EN QUÉ PENSAR

Mis padres adoptivos me enseñaron a nunca decir “NO PUEDO”. Cuando crees que no hay límites empiezas a pensar que puedes hacer cualquier cosa que te propongas.
Cuando era muy pequeña fui abandonada en un hospital por mis padres biológicos, en ese momento llegaron Sharon y Gerald, mis padres adoptivos, quienes me enseñaron a vivir una vida sin límites, eso me llevó a soñar.

Fui inspirada por Dominique Moceanu, una gran gimnasta que me motivó a seguir sus pasos. Al principio no fue fácil, pues las mejores deportistas tenían piernas, pero yo nací sin ellas, - una deformación genética me las quitó, pero no me quitó la vida.

Mis padres se propusieron criarme sin limitaciones, como también lo hicieron con sus otros 3 hijos; una regla en casa era que nunca podías decir “no puedo”. Comencé a prepararme cuando tenía 7 años en una cama elástica que papá instaló, al principio solo rebotaba sin ningún propósito, pero después de mucho practicar logré controlar mi cuerpo y mi técnica. Tiempo después ya estaba compitiendo, y empecé a dominar la gimnasia profesionalmente, en la secundaria fui campeona de gimnasia del Estado de Illinois, también practiqué otros deportes, como béisbol, basketball y siempre lo hice muy bien, nada me limitó.

Un día, cuando tenía 16 años le pregunté a mi mamá acerca de mis padres biológicos, ella tenía mucho temor de decirme cuál era mi apellido, después de mucho insistir ella accedió y me dijo: “Tu apellido biológico es Moceanu”, yo sabía lo que significaba eso, que mi hermana biológica era Dominique Moceanu, la gran gimnasta que me inspiró a tomar este camino.

Quise contactarla y cuando lo logré le envié una carta contándole mi historia y los papeles de mi adopción. Para todos es muy importante conocer a la persona que te inspiró en tu infancia, pero el hecho de que fuera mi propia hermana me dio una gran lección de vida.
Mi vida sigue siendo marcada a cada instante por esa regla de oro que me enseñaron mis padres. “Nunca digas no puedo”.1

ORACIÓN

Amado Señor, muchas gracias porque me escogiste, me perdonaste, me santificaste y me enviaste para llevar las buenas noticias de Tu evangelio. Dame gracia para extender Tu reino y llenar mi nación, mi ciudad y mi familia de Tu Gloria, en el nombre de Jesús, amén.
DECLARACIÓN
“Hablo palabras de fe, de esperanza, de vida y de amor que bendecirán a toda mi generación”.


Evangelismo sobrenatural


Primero, debemos comprender claramente qué es el evangelismo. La palabra evangelio significa "buenas noticias". El evangelismo, entonces, es compartir buenas noticias. Pero no es cualquier noticia. Es la noticia especial de lo que Dios ha hecho por nosotros en Jesucristo

Evangelismo Sobrenatural

Se cuenta la historia de un pobre perrito que había sido golpeado por un carro, y yacía a la orilla de la carretera. Un doctor, al pasar, observó que el perro seguía vivo. Detuvo su carro y lo recogió. Cuando llegó a casa, se dio cuenta de que el perro tenía unas leves heridas y estaba un poco aturdido, pero no había sufrido lesiones graves.

Revivió al perro, limpió sus heridas y lo tomó en los brazos para llevarlo del garaje a la casa. De repente, con un brinco, el perro se soltó y se fue corriendo. "¡Perro malagradecido!" - pensó el doctor, y luego se olvidó del asunto y entró a la casa. A la tarde siguiente se escuchó un ruido en la puerta. Cuando el doctor la abrió, allí estaba el perrito que había curado - junto con otro perrito lesionado.

En realidad, ese perrito nos da un gran ejemplo de lo que debe ser el evangelismo. Hemos llegado a pensar que el evangelismo tiene que ser algo grande y espectacular. Ciertamente Dios ha usado a hombres como Billy Graham y Yiye Ávila para predicar el evangelio a grandes multitudes. A fondo, sin embargo, el evangelismo es simplemente cuestión de presentar a las personas con el gran Doctor que sana nuestra alma.

¿Por qué le tenemos tanto miedo al evangelismo? ¿Por qué se nos hace tan difícil evangelizar? Hoy vamos a conocer la historia de uno de los grandes evangelistas de los primeros años de la Iglesia. En su ejemplo encontramos varias claves para que nosotros también podamos evangelizar de manera natural, con poder y con alegría.

Primero, debemos comprender claramente qué es el evangelismo. La palabra evangelio viene del griego, y significa "buenas noticias". El evangelismo, entonces, es compartir buenas noticias. Pero no estamos hablando de cualquier noticia. Es la noticia especial de lo que Dios ha hecho por nosotros en Jesucristo.

Fuimos creados por un Dios amoroso para que viviéramos como sus hijos. El nos dio todo lo que pudiéramos necesitar, pero le dimos la espalda. Decidimos creer las suaves mentiras de un engañador. Cambiamos nuestro hogar divino por un lugar de mala muerte. Nos rebelamos contra nuestro amoroso Papá y nos fuimos detrás de un mentiroso charlatán.

Pero Dios no dejó de amarnos. Para que pudiéramos regresar a El, era necesario que se pagara un rescate por nuestra desobediencia, y que nuestro secuestrador Satanás fuera derrotado. Jesús vino a hacer esto. El vivió una vida perfecta. Murió en la cruz la muerte que nosotros merecíamos, pagando así nuestro rescate. Derrotó a Satanás, quitando el poder que él tenía sobre nosotros.

Ahora, sólo tenemos que aceptar la oferta de rescate, de perdón y restauración. En Cristo, Dios ya pagó el precio de nuestro rescate. Pero tenemos que aceptarlo y salir de nuestro lugar de secuestro. Tenemos que reconocer ante Dios nuestro pecado, dándole la espalda, y creer que Jesús nos ha rescatado. Si confiamos de todo corazón en lo que El hizo por nosotros, quedamos libres. Somos perdonados, y Dios nos recibe como sus hijos. Este es el mensaje del evangelio.

Uno de los grandes evangelizadores de la Iglesia en sus primeros años fue un hombre llamado Felipe. En cierta ocasión, un ángel del Señor se le apareció y le mandó viajar por cierto camino. Mientras iba caminando, se encontró con un funcionario del gobierno de Etiopía. Este hombre había ido a Jerusalén para adorar a Dios, y ahora regresaba a su país.

Queda claro que este hombre estaba buscando a Dios, porque había ido al templo en Jerusalén. Estamos rodeados de personas que están buscando a Dios, aunque quizás no lo reconozcan. Dios puede abrirnos los ojos para que los reconozcamos, como lo hizo con Felipe.

El Espíritu Santo le dijo a Felipe que se acercara al carro donde viajaba el funcionario, y escuchó que el hombre leía en voz alta de uno rollo del profeta Isaías. Felipe le preguntó si entendía lo que leía, y él le respondió que no, que no había quién se lo explicara. Entonces Felipe, invitado por el funcionario, subió a su carro y se sentó con él.

Resulta ser que estaba leyendo Isaías 53, el gran pasaje profético de los sufrimientos de Jesús. Felipe aprovechó la oportunidad para hablarle, partiendo de ese mismo pasaje de la Escritura, acerca de Jesús. No habían avanzado mucho cuando el etíope cayó bajo convicción del Espíritu Santo y se convirtió. Señaló un lugar junto a la carretera donde había agua, y dijo: "¿Qué impide que yo sea bautizado?"

Bajaron del carro, y Felipe lo bautizó. Al salir del agua, el Espíritu Santo llevó a Felipe a otro lugar, mientras que el funcionario siguió alegre su camino. Leamos ahora esta historia en Hechos 8:26-40:

8:26 Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto.
8:27 Entonces él se levantó y fue. Y sucedió que un etíope, eunuco, funcionario de Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar,
8:28 volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías.
8:29 Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro.
8:30 Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees?
8:31 El dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con él.
8:32 El pasaje de la Escritura que leía era este: Como oveja a la muerte fue llevado; Y como cordero mudo delante del que lo trasquila, Así no abrió su boca.
8:33 En su humillación no se le hizo justicia; Mas su generación, ¿quién la contará? Porque fue quitada de la tierra su vida.
8:34 Respondiendo el eunuco, dijo a Felipe: Te ruego que me digas: ¿de quién dice el profeta esto; de sí mismo, o de algún otro?
8:35 Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús.
8:36 Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?
8:37 Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.
8:38 Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó.
8:39 Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más, y siguió gozoso su camino.
8:40 Pero Felipe se encontró en Azoto; y pasando, anunciaba el evangelio en todas las ciudades, hasta que llegó a Cesarea.

Dios ha registrado esta historia en su Palabra como un ejemplo para nosotros. Pensemos, entonces, en algunas cosas que podemos aprender y poner en práctica en nuestras propias vidas.

La primera cosa que descubrimos aquí es que el evangelismo es una actividad sobrenatural. En todo este relato vemos destellos de lo sobrenatural. Un ángel se le aparece a Felipe; el Espíritu le habla en el camino; al final de la historia, el mismo Espíritu Santo se lleva a Felipe a otro lugar. En todo lo que sucede, se ven las huellas digitales de Dios.

Una de las razones por las que le tenemos tanto temor a evangelizar es que pensamos que lo tenemos que hacer todo nosotros mismos. Convertimos el evangelismo en una actividad humana. Entonces pensamos: "¡Yo no soy capaz de convencer a esa persona! ¡Yo no tengo todas las respuestas a sus preguntas! ¡No sé qué decirle!" Nos sentimos incapaces e insuficientes, y entonces nos quedamos callados.

Tenemos que entender que Dios está con nosotros para guiarnos cuando evangelizamos. El está obrando en todo momento - antes de cualquier encuentro evangelístico, durante la conversación y aun después de que terminemos. No estamos solos en esto. Dios está obrando. Jesús dijo, antes de irse: "Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos... " (Hechos 1:8). El Espíritu Santo de Dios está presente en cada creyente para guiarnos al evangelizar.

Ahora, ¿significa esto que vamos a recibir instrucciones de ángeles antes de evangelizar a alguien, o que vamos a desaparecer milagrosamente después del encuentro? Bueno, no descartemos la posibilidad; Dios hace milagros hoy en día también. Pero muchas veces, su obra es menos obvia. El puede obrar induciéndonos a hablar con cierta persona. Puede traer a nuestra memoria el versículo o la historia bíblica que necesitamos en el momento preciso. El también obra en el corazón de la persona con quien hablamos, de maneras que nosotros no podemos ver.

No tengas temor de hablar con otros acerca de Cristo. Primero, dile en oración que tú estás dispuesto a aprovechar las oportunidades que El te da. Segundo, cuando tengas la oportunidad en una conversación de hablar de Cristo, pídele al Espíritu Santo que te ayude en ese momento. Tercero, confía en que Dios está obrando en el corazón de la persona con quien estás hablando.

Quizás no veamos que la persona se convierta en ese momento. Pero podemos confiar en la promesa de Dios, que su Palabra nunca vuelve vacía. El usará la semilla de verdad que sembramos para bien.

Otra cosa que notamos en esta historia es que el evangelio cruza barreras. Felipe y el etíope eran de naciones diferentes, de culturas diferentes y hasta de colores diferentes. Felipe era judío, mientras que el etíope era africano. El Espíritu Santo movió a Felipe a ver más allá de cualquier barrera humana y reconocer que el etíope también era un ser humano, amado por Dios, que necesitaba el evangelio.

Puede ser que Dios te llame a compartir su Palabra con personas que no se parecen a ti. Si El te mueve en esa dirección, no resistas su voz. No pierdas la oportunidad de compartir con alguien, aunque su piel, su cultura o su lenguaje sea diferente al tuyo.

La tercera cosa que descubrimos en esta historia es que el evangelismo trae alegría y regocijo. Leemos en el verso 39 que el eunuco siguió alegre su camino. Se sentía muy feliz por haber conocido la verdad, por haber recibido la salvación. Dios no nos dice cómo se sentía Felipe, pero estoy seguro de que él también compartía la alegría del etíope.

Si tú has compartido el evangelio con alguien, has experimentado lo que yo también he sentido en muchas ocasiones: el gozo de ser usado por Dios. Es una alegría que no se puede explicar. Cristo dijo que hay regocijo en el cielo por un pecador que se arrepiente. Esa fiesta en el cielo alcanza el corazón de la persona que Dios ha usado para compartir su mensaje también. Hermano, ¡no te pierdas ese gozo!

Durante este año tenemos algunos proyectos de evangelismo que les estaremos presentando. Pero no seremos muy poderosos en el evangelismo si esperamos algún proyecto especial para evangelizar.

Comencemos hoy a buscar activamente esas oportunidades que Dios nos da para compartir su mensaje de salvación. Confiemos en el poder del Espíritu Santo que está con nosotros. Sólo así podemos sentir el gran gozo que sólo los que evangelizan conocen.


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